Pensé incluso que desde que existe no había pasado un solo año sin escribir por lo menos una publicación, pero revisando el día de hoy encontré que en el 2013 al 2015 no escribí nada, y estos años coinciden con las historias que me cuentan de conciertos de bandas emblemáticas que vinieron a Colombia y que yo no vi. Luego vino un año en el que me había propuesto escribir todos los días pero solo logré la buena racha de 65 publicaciones, para caer en el infame número de 3 o 5.
En medio de todos estos pensamientos, siento que debo más respeto a este ejercicio, amo la letra, cantada, leída, escrita, escuchada...y no puedo dejarla en el olvido.... estos pensamientos de esta libretica han representado momentos terapéuticos, creativos, de catarsis, me han regalado amigos, abrazos y besos en la vida real, en momentos en que las mágicas redes sociales eran insípidas y menos contaminadas de inmediatez.
Debo respecto y cariño a esta herramienta, agradecimiento y esfuerzo....por lo que espero más allá de dejarlo en la típica motivación de una nueva resolución de fin de año sobre escribir más, que si me lleve a redescubrir esta magia, a trabajar y esforzarme un poquito más, para ser mejor....que la que se sentaba en este mismo aparato 14 años atrás.
Por todas las historias que hay por contar e inventar.
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