sábado, 7 de enero de 2023

Los Prisioneros Biografia de una amistad de Claudio Nerea

Leer escuchando....

Nunca fuí la fan más acérrima de Los Prisioneros, pero si sonaban, dejaba la canción, la dejaba (dejo) sonar y la piel se me erizaba. Han sido parte de la banda sonora de mi vida desde que decidí que mi vida necesitaría banda sonora, y eso puede ser alla desde que tengo uso de razón. Canté sus canciones a grito herido cuando estaba en el colegio y creo que su fama estaba en auge, y puedo hoy mas de 25 años después llorar recondando quien era con sus canciones, canciones  que aún hoy me conmueven.

Nunca me entrometí más alla de lo musical, sentía que Jorge era demasiado creído para la voz tan fea que tenía, pero que considerara que su voz era fea no quiere decir que no me gustara, al contrario, siempre me ha encantado, me parecían tan punkies, tan básicos, tan reales que eran parte de mi repertorio de ruta del colegio a la casa cuando estaba en el bachillerato.

No hacían parte de mi lista de discos originales, en aquella época habían otras prioridades en el hogar, yo solo disponía de un cassette original el Bleach de  Nirvana  y uno del Anticristo SuperStar de Marilyn Manson, todo lo demás eran cassettes grabados de emisora, pero claro que estaba el Baile de los que sobran, y otras tantas de las que nunca hice la tarea de aprenderme el nombre.

No tuve la oportunidad de verlos en vivo, aunque solo me sabía el apellido de Gonzalez y Tapia....(si hubiera participado en quien quiere ser millonario en el 2000 y me hubieran preguntado por el apellido del guitarrista seguro hubiera perdido los 500 millones de pesos), pero  para mi Los Prisioneros eran los 3, y cuando super que Jorge Gonzalez estaba de gira por Latinoamerica y cantaba canciones de Los Prisioneros, me era algo indifirente, no hice la tarea de averiguar más allá, ahorrar para la boleta, e ir a verlo...sin emabrgo cuando veo los videos de los reencuentros y medio planeta saltando, los entiendo,...me hubiera gustado estar ahi...

Nací una decada más tarde, pero soy de la generación de los 80, yo apenas aprendía a caminar cuando ya himnos maravillosos que me acompañaron en mi juventud eran cantados por ese grupo de adolescentes maravillosos, que fueron amigos y que lidiaron con lo que significó en esos tiempos formar de esa amistad uno de los grupos más emblematicos para varias generaciones y las consecuencias que este tipo de situaciones siempre trae.

Hace un par de años, cuando vivia en Perú,  entré como de costumbre a las librerias buscando cositas de "música";  amo buscar libros en otros idiomas, biografias de artistas, y cosas que me halan relacionadas con el rock...allí en un lugar que no recuerdo de Miraflores estaba este ejemplar de Biografía de una amistad...lo dejé quieto por casi 4 años en mi estantería...se veía bonito...de esos libros que me enorgullece tener porque habla de algo que es parte de mi vida,  Los Prisioneros.  Decidí destaparlo  el 1 de enero de este año, para cumplir con la tarea mental que siempre postergo,  no comprar más libros hasta leer los que he comprado...y lo amé....reí, incluso creo que tuve momentos en los que quise llorar...entendí a Claudio, a Jorge, a Miguel detrás de sus páginas...entendí mis prejuicios hacia la banda, aclaré ideas, hasta siento que los perdoné...Este libro me permitió acercarme a lo que me gustaba de ellos, sus influencias punkies, su sonido básico, su no pretender ser grandes instrumentistas para dejarse llevar por la necesidad de hacer música, en un barrio cualquiera de un país latinoamericano igual de golpeado que el mío.

Quise abrazar a esos muchachos de San Miguel, decirles que eran tontos, que ninguno tenia razón sobre el otro, y que todos eran igual de importantes, que la industria no importaba y que habían muchas cosas bien merecidas, reí imaginandome los ensayos, sonreí viendo las sonrisas de sus jóvenes fotos...Aprendí de sus proyectos alternos, busqué videos, analicé letras....

En estos 7 días del año, me acompañé  con el relato de Claudio para aclarar su mente y exorcisar un poco su alma de la tormentosa amistad con Jorge,  fui esa Alejandra de 12 años, que cantaba sus canciones saltando en el colegio o en la casa.... y recuperé 20 años de juventud...me di cuenta de lo fuerte que suelen ser los problemas en amistades y que no por eso las hacen menos valiosas o verdaderas...Mi mejor amigo se casó y nunca me contó, y hasta el dia de hoy no lo he perdonado...no me imagino lo que es poder perdonar que tu pareja,  con quien estas casado tenga una aventura con tu mejor amigo, y puedan hacer un disco y una gira....Creo que la amistad entre Jorge y Claudio fue sincera, no tomo posición para apoyar más al uno que al otro, no creo que Jorge sea mas artista, ni que sea menos...los tres eran el grupo que nuestra generación necesitó en la epoca en que el mismo Soda invadía los audifonos de mis compañeras de colegio, y a quienes yo tampoco me aguantaba...eran ese par de muchachos de a pie, como yo, que hicieron algo mágico y lindo y sensible, y loco a lo que me aferro.

Seguiré coreando sus canciones, sus discos y libros seguirán en mi biblioteca, seguiré pensando que Jorge es muy pedante para cantar tan feo, seguiré sintiendo paz al escuchar los discos donde no habían peleado, donde estan los tres prisioneros, seguiré amando sus letras, sus teclados, sus guitarras, sus significados distintos.

Este libro no me sirvió para tomar partido, ni querer mas o menos a Claudio o Jorge o sentir que Miguel fue más traicionero por estar en ambos bandos cuando convenía, me sirvió para corroborar que lo mágico y puro, con el tiempo se tergiversa en todos los grados...pero los recuerdos de lo vivido, que es parte de lo que se comparte en este libro fue lo que hizo posible ese sueño...y que mi corazón seguirá latiendo como lo hace cuando suena un Baile de los que sobran o un tren al sur... mi alma se seguirá tensando como lo hace con una estrechez de corazon, o cuando en broma digo a la hora del almuerzo, cada vez que escucho un pésimo cantante de regueton enturbiar el ambiente, Elvis sacudete en tu cripta.

Gracias Prisioneros, han hecho parte de la banda sonora de mi vida, y esa parte ha sido bonita.



Blanca de Moncaleano y El triunfo de la Anarquia. Editorial La Valija de Fuego

Leer escuchando   ¿Triunfamos? Podrían asegurarnos de que no, pero discrepo. Con el respeto que siempre le he tenido a la palabra Anarquía...