domingo, 28 de mayo de 2023

CRASS - Tienen una bomba

Leer escuchando 

No recuerdo la primera vez que escuché a CRASS, sé que me parecían ruidosos, pero los leí, y al leernos sentí una afinidad entrañable y tanto respeto y admiración que siempre han sido de mis ruidosos favoritos.

A CRASS los tengo en otra lista, en los que me quedaron grandes, en los que me han enseñado, en los que me dan 'sopa y seco' respecto al ser consecuentes, en los que han sido referentes desde que me sentí identificada, por haber encontrado en ellos ese cuestionamiento político y anarquista que me condujo de alguna manera accidental (?) al punk.

Encontré esta maravillosa edición española de un libro que fue impreso hace más de 13 años, y pensaba  hoy en lo bonito que es tenerlos en mi colección que nada se parece a esas hojas copiadas en un café internet donde encontré por primera vez el texto de Penny Rimbaud "El último de los Hippies". Recuerdo haber llorado en aquel entonces, y haber copiado en una agenda de cosas importantes, el texto que sustraje en aquel café, recuerdo haber sentido deseos de cambiar el mundo y saber que contaba con gente como Crass, pensaba que era posible, y lo soñé, quizás lo luché un poco, pero luego claudiqué.

Por años he dejado mis deseos reprimidos, mi corazón libertario controlado y un poco adormecido, por el temor que llegó cuando hubo gente con la que compartí que estuvo presa, cuando me desencanté de grupos políticos, y me hicieron a un lado por no abrazar sus banderas, por el sin sabor de las sustancias que adormilaban los cerebros de los que militaban conmigo y de los que me alejé porque tampoco encontré respuestas en esa constante obnubilación... sin embargo, husmeando en las maravillas de la internet, busqué esta linda edición y ayer fue su día.

Siguiendo la tradición de comenzar un nuevo libro apenas termino otro, lo tome de mi biblioteca, con el cariño que le tengo a CRASS, con el respeto de saber que volvería encontrar en sus letras palabras que remueven mis ideales, y que me hacen nuevamente llorar, porque he sido cobarde, porque no he sido consecuente, y porque una vez  mas son esa  cachetada para los que hemos abrazado el anarco-punk como bandera, pero no hemos estado preparados para vivirlo como ellos.

Amé leer que no siempre estamos preparados para llevar a las últimas consecuencias palabras que decimos si no estamos dispuestos a arriesgarlo todo con la certeza de que triunfaremos o seremos mártires, y que la mejor acción directa se hace en silencio, (cuanto tuve que aprender, al tragarme mis propias palabras todos estos años)

Estoy nuevamente aquí, con los ojos rojos, con el corazón enardecido, con esperanza, con nostalgia, con respeto. Mi alma se conmueve porque sabe lo que vale la pena, y es parte de lo que ellos declararon antes de que yo naciera, leí en mi juventud, y vuelve a mi mejorado incluso por el mismo Rimbaud. 

Vuelvo a encontrarme identificada y conmovida en sus páginas, que continúan tan vigentes y con el pavor que me da, saber qué hacer y no intentarlo.



Blanca de Moncaleano y El triunfo de la Anarquia. Editorial La Valija de Fuego

Leer escuchando   ¿Triunfamos? Podrían asegurarnos de que no, pero discrepo. Con el respeto que siempre le he tenido a la palabra Anarquía...