Había decidido que en el 2020 no compraría nada que no necesitara.
Quiero tener una vida lo mas simple y sencilla posible, para poder detenerme y agradecer lo que verdaderamente vale la pena.
Y heme aquí, con un Sega genesis, jugando Street fighter. O limpiando mis poros con una maquinita de esas que salen en los anuncios de Instagram.
El esfuerzo se ha hecho, no lo niego, hoy por ejemplo no me deje convencer por las lindas Adidas Falcon que no me compre en julio del año pasado recién me recupere de mi cirugía, a pesar de que hoy estaban a mitad de precio.
Entré dos veces al almacén, las miraba, miraba la blusa nueva del morral con la que me combinarían, y me pregunté si en realidad necesitaba agregarlo a mi lista de 16 pares de tennis, para que se convirtieran en mis favoritos por un mes, y luego volvieran al closet donde permanecen apaciblemente los otros
No necesito esos tennis, ni esos, ni los próximos que me gusten.
Tengo lo que necesito en términos materiales, no me hace falta salud aunque esta semana tuve una gripa que me envió a trabajar desde casa, y aun me tiene la nariz un poquito roja.
Tengo lucidez, y buen apetito.
Pero estoy cansada, no siento que me dure el tiempo para pensar en lo que solía hacerme mas feliz.
Tengo ansiedad continua, por la incertidumbre que me persigue desde hace años y que se intensifica los domingos.
Ansiedad de no ser suficiente.
Quiero una vida simple...No comprare tennis en el 2020.
Empezaré con ese pequeño propósito, a ver si dejo este sentir. Por ahora me internaré en mis cobijas, y fingiré normalidad viendo algún capitulo de Netflix mientras llega el lunes al que tanto temo cada ronda de estas.
Quiero tener una vida lo mas simple y sencilla posible, para poder detenerme y agradecer lo que verdaderamente vale la pena.
Y heme aquí, con un Sega genesis, jugando Street fighter. O limpiando mis poros con una maquinita de esas que salen en los anuncios de Instagram.
El esfuerzo se ha hecho, no lo niego, hoy por ejemplo no me deje convencer por las lindas Adidas Falcon que no me compre en julio del año pasado recién me recupere de mi cirugía, a pesar de que hoy estaban a mitad de precio.
Entré dos veces al almacén, las miraba, miraba la blusa nueva del morral con la que me combinarían, y me pregunté si en realidad necesitaba agregarlo a mi lista de 16 pares de tennis, para que se convirtieran en mis favoritos por un mes, y luego volvieran al closet donde permanecen apaciblemente los otros
No necesito esos tennis, ni esos, ni los próximos que me gusten.
Tengo lo que necesito en términos materiales, no me hace falta salud aunque esta semana tuve una gripa que me envió a trabajar desde casa, y aun me tiene la nariz un poquito roja.
Tengo lucidez, y buen apetito.
Pero estoy cansada, no siento que me dure el tiempo para pensar en lo que solía hacerme mas feliz.
Tengo ansiedad continua, por la incertidumbre que me persigue desde hace años y que se intensifica los domingos.
Ansiedad de no ser suficiente.
Quiero una vida simple...No comprare tennis en el 2020.
Empezaré con ese pequeño propósito, a ver si dejo este sentir. Por ahora me internaré en mis cobijas, y fingiré normalidad viendo algún capitulo de Netflix mientras llega el lunes al que tanto temo cada ronda de estas.