La felicidad era hace 10 años comprar mis primeras Dr Martens con mi sueldo de pasante. Era haber empezado a trabajar tarde porque cobraba sueldo de estudiante...era caminar todo el mes para ahorrar el tan anhelado 'jornal' que me permitió en menos de lo que creí tener aquellas botas rojas Made In England en mi poder.
Recuerdo que fui a la Macarena por ellas, la chica se iba del país y solo las usó dos veces...yo las usé tantas que perdí la cuenta... caminando incluso para conseguirla por un callejón sospechoso con mi novio de entonces, ese que se me declaró en la 19 con 4 mientras me subía a una buseta.
La felicidad fueron esas botas, esos caminos, esas historias, esos pasos que heredé para caminar unos nuevos...
La felicidad ahora es ver en mi armario que ya no camino para ahorrar el 'jornal' y que puedo darme 'lujos' de hipster desubicado de país.
La felicidad es saber qué no hay necesidad de novio de esos que se declaran en la 19 con 4 mientras se coge una buseta, la felicidad es incluso que ya no se camina para ahorrar para caprichos londinenses...
La felicidad es que aún existe un espíritu 'rebelde' que me hace preferir gastar la prima del 'jornal' capitalista en aquello que de antaño me hacía sentir la dueña del mundo y de cada uno de mis pasos.
Hoy la felicidad es el placer de saber que la felicidad son esos detalles, es la existencia de alguien que consigue los tenis del capricho para compensar la falta de compañía en los callejones por los que ya no paso.
Recuerdo que fui a la Macarena por ellas, la chica se iba del país y solo las usó dos veces...yo las usé tantas que perdí la cuenta... caminando incluso para conseguirla por un callejón sospechoso con mi novio de entonces, ese que se me declaró en la 19 con 4 mientras me subía a una buseta.
La felicidad fueron esas botas, esos caminos, esas historias, esos pasos que heredé para caminar unos nuevos...
La felicidad ahora es ver en mi armario que ya no camino para ahorrar el 'jornal' y que puedo darme 'lujos' de hipster desubicado de país.
La felicidad es saber qué no hay necesidad de novio de esos que se declaran en la 19 con 4 mientras se coge una buseta, la felicidad es incluso que ya no se camina para ahorrar para caprichos londinenses...
La felicidad es que aún existe un espíritu 'rebelde' que me hace preferir gastar la prima del 'jornal' capitalista en aquello que de antaño me hacía sentir la dueña del mundo y de cada uno de mis pasos.
Hoy la felicidad es el placer de saber que la felicidad son esos detalles, es la existencia de alguien que consigue los tenis del capricho para compensar la falta de compañía en los callejones por los que ya no paso.