Leer escuchando
Aquí
estamos, con las manos vacías y el corazón lleno…sin entender que fue todo lo
que ocurrió y en qué momento...había tanta expectativa y ansiedad por el que
para muchos iba a ser el concierto de la vida y esto es lo que pasa cuando las
cosas suceden.
Llevo
tres días completos tratando de organizar las ideas y entender porque el cuerpo
se siente tan golpeado, magullado y extraño...fueron semanas previas llenas de
ilusión que se convirtieron incluso en peleas a través de memes y redes
sociales porque todos los imperfectos necesitábamos certeza de un instante
perfecto...cada detalle, lugar, escenario, equipo, terreno debía estar
fríamente calculado para lograrlo...y cada uno desde su individualidad tenía
idea de esa perfección....
La
semana programada para el evento estuvo llena de lluvia a borbotones y
descubrir que sería a cielo abierto solo aumentó el temor de una escena que se
supone no le teme a nada, que ha cantado en cuchitriles y entre cartones…solo
que esta vez no nos podíamos dar ese lujo…
Hubo
peleas de parceros, de novios, todos queriendo llegar con la antelación
suficiente por la lejanía y la dificultad de conseguir transporte de ida o de vuelta…todo
era drama...
Por
fin llegó el día…gente de todos los lugares empezaron a encontrarse… los saludos,
los abrazos y la emoción nos envolvieron poco a poco...al calor de una leve llovizna
que, aunque seguía amedrentado latente a los espectadores pasó a un segundo plano.
Ya todos estabamos preparados entre chaquetas, sombrillas, carpas y charcos.
La
lluvia cesó y comenzó la maravillosa
fiesta, Sin Nadie Al Mando nos calentó
la garganta ... Punkies nos recordó maravillosos himnos con los que íbamos al
colegio...hasta que se fue la luz..algo de pánico silencioso nos atacó pero todos
nos haciamos los locos, pues teniamos hasta las 9 de la noche para resolver...se
arregló el problema y la música y la fiesta continuaban...y se volvió a ir la
luz....dejándonos nuevamente con el alma en vilo por varios minutos, pero
sabiamos que no pasaría a mayores. Cuando tocaron los Sucios la gente ya no
solo tenía la garganta caliente de cantar y celebrar sino de saltar...nuestros
cuerpos estaban listos para recibir la descarga musical que representaba
concretar un sueño, tener a Evaristo en frente cantando lo que grabamos en esos
casettes que han pasado de mano en mano y de generación en generación...el
momento canónico de nuestras vidas...
Eramos
jóvenes, viejos, y adultos viejos que nos creemos jóvenes para no entrar en
depresión....rockers, punks, skins, technos, gente de todos los sabores,
colores y rincones viendo cumplido un sueño, la felicidad condensada a traves
de los parlantes, salió Evaristo y sentimos amor, euforia, solo fuimos sonrisas
y jolgorio desde la primera sílaba en que recibimos instrucciones de que todo
pareciera un accidente.., nos daban solo el tiempo justo para respirar entre canción y
canción…de una selección exquisita que Evaristo ha escrito para cantarnos
durante jornadas interminables en todas las etapas de nuestra existencia… y ahí
estábamos....saltando, golpeándonos, gritando, cayéndonos, botando las gafas,
perdiendo los zapatos, la cordura y la locura....
Nos
acercamos al cierre, con un maravilloso cántico que hemos repetido sin cansarnos
ante cualquier situación de insatisfacción e inconformidad ante el establecimiento
y al unisono vociferabamos “Ellos dicen mierda, nosotros amén, amén a menudo
llueve” y de pronto… Evaristo hizo llover…nuestras lágrimas se escondíeron bajo
cada gota de lluvia, olvidamos los problemas, los rayes de memes del día
anterior...abrazamos a nuestros amigos y a nuestros enemigos, besamos a
nuestros amores adolescentes, en un momento de júbilo histórico,.......
hipnotizados por esta magia… Evaristo hizo magia, aunque dijo que fue una puta coincidencia... Nosotros solo
sabemos que presenciamos el mejor concierto de nuestra existencia…y somos más
de seis mil testigos para contarlo...
¿Y
ahora qué?
Pd:
Esta claro que no tengo puta idea de aproximaciones epistemologicas, pero eso
no es lo verdaderamente relevante del asunto.